lunes, 2 de febrero de 2015

INFIERNO - Canto V

Así llegué al segundo círculo, un poco más pequeño y donde hay tanto dolor que dan ganas de llorar.

A la entraba estaba Minos, juzgando y separando almas de acuerdo a sus pecados
Los que hicieron algo, en chinga lo confiesan y Minos le da la vuelta a su cintura con la cola para indicar a qué nivel del infierno corresponden, el número de vueltas es el número de nivel al que los van a aventar.

Muchos esperan su turno, cuando les toca hablan, escuchan y los avientan a donde pertenecen.

«Oye tú -dijo Minos al verme, dejando de lado su chamba - mira cómo entras, y en quién confías, que no te apantalle lo ancho de la entrada» Y mi guía: «Bájale a tu desmadre y no estorbes, así lo decidió el alto mando, así que para de mamar.»

Entonces escuché un lloradero cabrón, llegué a un lugar oscuro y ruidoso, era como una especie de tormenta donde un chingo de espíritus iban de un lado a otro, estrellándose y aventándose, gritando, llorando y mentándole la madre a dios.

Por lo que entendí, esta era el castigo de los lujuriosos, que parecían pájaros en bandada, llevados por el viento de un lado a otro, todo el tiempo, sin descanso.

Y dije: «Maestro ¿quiénes son estos a los que se lleva el aire?» «Pues aquella - me dijo- fue emperatriz, hablaba varios idiomas, le entró con tantas ganas al vicio de la carne que de hecho legalizó sus desmadres, se llamaba Semíramis esposa de Nino, esa otra se suicidó enamorada, la de más allá es La legendariamente lujuriosa Cleopatra, más allá Elena, Aquiles, Paris, Tristán» Me señaló a un chingo de ellos, yo casi me desmayo, y le dije: «Quiero platicar con esos dos que vienen juntos» Y respondió «Espera a que estén cerca y les gritas a ver si quieren venir»

En cuanto el viento los dejó cerca empecé a gritar: «Banda, si nadie la hace de pedo, me gustaría platicar con ustedes» Y se acercaron, volando como palomas «Bro, si le cayéramos bien a dios, le pediríamos tu salvación por apiadarte de nuestro sufrimiento, mientras el aire esté más o menos en calma, podemos platicar de lo que sea, yo vivía en el norte de Italia me enamoré de alguien que me quitaron a la mala, y ni muertos nos lograron separar, a quien nos mató le espera el infierno» bajé la cabeza y el poeta me preguntó «¿qué piensas?» a lo que respondí «qué mal pedo que éstos hayan terminado así por una calentura» después a ellos les dije «Pancha, está muy triste tu bronca ¿como es que decidiste que a este güey sí le dabas?»
y me dijo «no hay nada más culero que estar que te lleva la chingada y todavía ponerte a recordar los tiempos chidos, tu guía sabe que pedo con eso, pero si quieres saber como estuvo el asunto entre nosotros, te lo aunque se me salgan las de cocodrilo:
pues un día estábamos leyendo la historia de Lancelot, hasta entonces sólo nos veíamos con ganas, pero ese día llegamos a una parte del libro donde se agarran a besos, y aprovechando el pretexto… ya no seguimos leyendo ese día»

Y mientras me decía eso, el otro espíritu lloraba de tal manera que de plano me terminé desmayando como si yo también estuviera muerto.